domingo, 8 de noviembre de 2009

Articulo de Nicolás Goldstein McKinsey & Company

El cambio de entorno empieza con el CEO




PorNicolás Goldstein
McKinsey & Company


Imagínense que ayer a la noche los invitaba a ver una ópera y hoy por la tarde me acompañaban a la cancha a ver River-Boca. Seguramente, en el momento más intenso de la opera permanecerían callados. Sin embargo, en el momento más emocionante del partido, estarán parados gritando y abrazándose con amigos y desconocidos. Está claro que ustedes no cambiaron de ayer a hoy. Pero evidentemente hubo una modificación que no es menor: el ambiente. Y como consecuencia, el comportamiento de ustedes.


El relato que describimos nos muestra que el comportamiento es distinto en cada lugar. Quizá por ello suele afirmarse que el ambiente en el cual nos movemos lo es todo.


Pero cambiar el ambiente de trabajo de la organización y convertirse en un excelente lugar para trabajar implica alterar la manera en que miles de empleados se comportan día a día. Por ello es necesario que la compañía tenga un programa de cambio. Este plan tiene un objetivo muy definido: cubrir los aspectos formales e informales del ambiente de trabajo. El CEO y su equipo deben ser los responsables de esta iniciativa. Y es un proceso en etapas:


En primer lugar, hay que entender que para cambiar la conducta, los empleados deben ver a la gente que admiran comportarse en una nueva forma. El dicho más breve o el gesto más pequeño que el CEO mencione es evidenciado por todos, y las personas actúan en consecuencia.


Luego el CEO y su equipo directivo deben desarrollar y comunicar un mensaje convincente. Esto es lo que llamamos “historia del cambio”, algo que explique por qué nos debemos enfrentar a este cambio y cómo.


El tercer eje se refiere a los procesos, estructuras y sistemas que refuerzan el cambio de actitudes. Y no nos referimos solamente a los económicos. Los empleados esperan felicitaciones, invitaciones a entrenamientos, desayunos con los directivos de la organización y muchas otras acciones.


Finalmente hay que desarrollar las habilidades y capacidades necesarias para que la gente se comporte como el equipo directivo les pide, en términos de valores personales y formas de relacionarse.


Lo que tiene que hacer el CEO para manejar el ambiente laboral es reconocer a sus empleados como individuos. Esto implica evitar tratar a todos por igual y enfocarse en fortalecer sus virtudes en vez de “arreglar” sus debilidades.

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